El estudio del agua realizado por Masaru Emoto ha capturado la imaginación de muchas personas debido a su fascinante premisa: el agua puede ser influenciada por nuestras emociones y pensamientos. Emoto llevó a cabo experimentos donde expuso muestras de agua a diferentes estímulos emocionales, como palabras escritas, música o incluso pensamientos, para luego congelarlas y observar sus cristales resultantes bajo un microscopio.
El Dr. Masaru Emoto es un investigador japonés con un doctorado en medicina alternativa por la Universidad Abierta de Japón. Su enfoque es integral y su línea de investigación apunta a que el agua tiene un estrecho vínculo con la conciencia, tanto de los individuos como de los grupos, y es altamente sensible a las vibraciones tanto de la música como de las palabras.

Lo que encontró fue sorprendente: las muestras de agua expuestas a palabras y emociones positivas, como amor y gratitud, así como la música clásica, formaban hermosos cristales simétricos y armoniosos, mientras que aquellas expuestas a palabras y emociones negativas, como odio o desprecio, formaban cristales distorsionados y poco definidos.
Este fenómeno sugiere que nuestras emociones y pensamientos pueden tener un impacto directo en la estructura molecular del agua, lo cual es notable considerando que nuestro cuerpo está compuesto en gran medida por agua. Si nuestras emociones pueden afectar el agua de esta manera, ¿qué implicaciones tiene esto para nuestra salud y bienestar?
El trabajo de Emoto nos invita a reflexionar sobre la importancia de cultivar pensamientos y emociones positivos, no solo para nuestro propio bienestar, sino también para el entorno que nos rodea. Nos recuerda que: