Hoy en día estamos saturados de pantallas y notificaciones, la información digital fluye a una velocidad vertiginosa, pero ¿cuánta de ella realmente se asienta en nuestra memoria? Contrario a la creencia popular de que lo impreso es obsoleto, la evidencia neurocientífica y la psicología cognitiva sugieren que la interacción con el material físico ofrece ventajas significativas en la retención y comprensión de la información. No solo leemos; palpamos, olemos y sentimos el peso de las páginas, activando múltiples sentidos que enriquecen la experiencia de aprendizaje y memorización.
Cuando interactuamos con un texto impreso, diversas áreas del cerebro se activan de manera más profunda que con la lectura digital. La corteza somatosensorial, responsable del procesamiento del tacto y la propiocepción, juega un papel crucial. La sensación del papel, la textura de la tinta, el acto de pasar las páginas, e incluso la percepción del volumen del libro o revista, crean una huella multisensorial que ancla la información en nuestra memoria. Esta interacción física proporciona un contexto espacial y táctil que facilita la organización y recuperación de los datos, permitiendo que la información se nos quede de manera más sólida y duradera.
Estudios comparativos han demostrado consistentemente que la lectura en papel favorece una mayor comprensión profunda y retención a largo plazo. Por ejemplo, investigaciones citadas por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) y otros estudios, indican que la comprensión general al leer textos extensos en pantallas digitales tiende a ser igual o incluso menor que en papel, y que la lectura en pantalla puede ser más exigente física y mentalmente, llevando a una lectura más fragmentada y superficial. Algunos estudios han encontrado que los lectores de material impreso tienen una mejor capacidad para recordar la secuencia de eventos y los detalles de la trama en comparación con los lectores digitales. La fatiga visual es también un factor, ya que la lectura en pantalla tiende a cansar más la vista que la lectura en papel.