El año nuevo significa 365 posibilidades. Si tienes toda la intención de viajar a lugares fascinantes y volver a casa lleno de aprendizaje y recuerdos para toda la vida. Hemos decidido dedicar nuestra primera sección de viajes del año a Malta y Chipre, dos islas en el Mediterráneo con muchas maravillas para ofrecer y secretos por revelar.
Malta
La República de Malta es un archipiélago ubicado en el mar Mediterráneo, entre el sur de Italia y el norte de África. A pesar de no ser un destino tan popular y contar con una población menor al millón y medio de habitantes, este pequeño conjunto de islas posee una fascinante historia que se remonta al periodo megalítico, periodo del que existen vestigios, como el Ggantija, en la isla de Gozo, uno de los conjuntos de construcciones religiosas más antiguos que existen en nuestros días.
Malta fue parte de las rutas de navegación de los fenicios, fue conquistada por los árabes, perteneció al imperio romano, fue ocupada por Napoleón y formó parte del Imperio Británico hasta su independencia en 1964. Este rico pasado se traduce en una magnífica arquitectura. La Valeta, la ciudad capital, guarda joyas históricas, como la Catedral de San Juan, construida en el siglo XVI, que además de su magnífico estilo barroco alberga varias pinturas de Caravaggio; el Palacio del Gran Maestre con su impresionante colección de armaduras y objetos bélicos medievales; el Fuerte de San Telmo y el Museo Nacional de Arqueología, entre muchos atractivos más.
Además de sus atractivos históricos y culturales, en La Valeta podrás caminar por sus pintorescas calles, disfrutar de la exquisita gastronomía regional y hospedarte en un encantador hotel boutique, aunque el encanto de Malta va más allá. Visita las ciudades vecinas de Vittoriosa, Senglea y Cospicua; el pueblo costero de Marsaxlokk y aprovecha el clima mediterráneo para practicar deportes acuáticos y explorar la Isla de Comino, la Gruta Azul, o simplemente pasar el día en sus espléndidas playas.
Chipre
Localizado en el Mediterráneo oriental, al sur de Turquía, Chipre perteneció al imperio otomano entre los siglos XVI y XIX, y por poco más de dos décadas, fue parte del imperio británico, hasta su independencia en 1959, y desde 2004 es miembro de la Unión Europea. La belleza de Chipre es tal, que los griegos antiguos afirmaban que era el patio de recreo de los dioses del olimpo, y lugar de nacimiento de Afrodita, la diosa del amor y la belleza.
Visitar esta isla, bañada del sol y el mar del Mediterráneo, es emprender una fascinante travesía a través de antiguos yacimientos arqueológicos, playas bañadas por el sol y el mar mediterráneos, paisajes que nos roban el aliento, mercados tradicionales y monumentos griegos, bizantinos y otomanos. Nicosia, la ciudad capital, es el punto de inicio, donde encontrarás el Museo de Chipre, el Museo Bizantino y el Observatorio de Ledra; podrás admirar los frescos de la Iglesia de San Juan y la Mezquita de Selimiye, de arquitectura gótica. Cuando termines tu recorrido cultural, puedes practicar senderismo, ir de compras a los mercados tradicionales y disfrutar de la exquisita gastronomía chipriota.
Chipre está llena de sitios espectaculares y repletos de historia y atractivos naturales. En Pafos podrás visitar monumentos arqueológicos de la antigua Grecia, como la Casa de Dionisio, la Casa de Teseo y el anfiteatro, y descansar en sus bellísimas playas. Larnaca es un paraíso natural donde podrás realizar catas de vino, tomar cruceros de un día y paseos de observación de aves. Agros es un pueblo construido en los montes Troodos. En invierno, podrás practicar todo tipo de deportes propios de esta estación, y durante el verano, el atractivo principal es el cultivo de rosas raras y adquirir su fragante aceite.