Una excelente manera de contribuir con el medio ambiente es construyendo una piscina natural o convertir la que ya tienes en una. Con la guía adecuada, los materiales, la ubicación y el diseño correctos podemos crear un espacio de estar características en nuestro hogar.
Las piscinas naturales mantienen el agua limpia sin necesidad de productos químicos, utilizando los principios de la ecología para purificarla por medio de un sistema de filtrado biológico, que se encarga de purificar el agua de forma natural, utilizando plantas acuáticas y microorganismos que se alimentan de los residuos presentes en el agua. Es importante elegir plantas que sean capaces de absorber los nutrientes y los residuos presentes en el agua.
Esta alternativa brinda ventajas como:
- Ecología: Una piscina natural es la solución perfecta para aquellos que buscan una alternativa ecológica a las piscinas convencionales, eliminando el uso de productos químicos.
- Estética: Las piscinas naturales, al ser diseñadas de manera integrada en el paisaje, ofrecen una belleza natural que enriquece cualquier jardín. Además, su forma y diseño pueden ser personalizados para adaptarse a cualquier estilo.
- Salud: Las piscinas naturales no contienen productos químicos que puedan afectar a la salud de sus usuarios, lo que permite disfrutar de un baño más saludable.
- Biológicas: Las piscinas naturales fomentan la vida acuática, atrayendo a animales y plantas que crean ecosistemas únicos y protegen la biodiversidad.
- Cuidado: Las piscinas naturales son más fáciles de mantener que las piscinas convencionales. Se pueden dejar sin limpiar durante meses sin problemas y su sistema de filtrado biológico no necesita de constantes controles.
No obstante, debemos tomar en cuenta que las piscinas naturales requieren de una construcción especializada y el uso de materiales específicos, como grava, arena y piedras volcánicas, así como mantener la temperatura adecuada para que las plantas que en ella habiten puedan subsistir.
Elegir el lugar adecuado para una piscina natural es esencial para garantizar su éxito. El lugar elegido debe tener suficiente espacio para el tamaño y la forma de la piscina y debe estar alejado de los árboles y otras fuentes potenciales de suciedad, además de considerar la exposición al sol y la sombra que se quiere tener en la zona de la piscina. También es fundamental asegurar una correcta circulación del agua y una profundidad uniforme para facilitar el crecimiento de las plantas acuáticas. Para revestir nuestra piscina natural, podemos utilizar diferentes materiales como gresite, porcelánico piedra, grava, arena y hasta arcilla, en función de la estética deseada.
Añadir una bomba para recircular el agua a través del filtro biológico mejora sensiblemente su comportamiento, pudiendo disminuir su superficie. También se pueden utilizar aireadores para cumplir esta función. Un ecosistema de piscina natural tarda algún tiempo en madurar y funcionar correctamente, durante este periodo tendríamos proliferación de algas filamentosas, algas unicelulares que, sin suponer una amenaza para la salud pueden suponer un problema estético para algunas personas.
En zonas climáticas con gran insolación y elevadas temperaturas resulta complicado mantener un equilibrio biológico tal que impida la proliferación de algas en las estaciones de más calor. Sin embargo, con los filtros adecuados podemos lograr una piscina con las condiciones perfectas desde el primer momento, ¿te animas a crear un ambiente único y lleno de vida en tu hogar?