Los techos verdes se consolidan cada vez más como una tendencia global de arquitectura, proporcionando múltiples beneficios sociales, económicos y medioambientales en zonas urbanas.
¿Cómo se compone un techo verde?
Un techo verde consiste en cubrir la cubierta de un edificio con vegetación, e incluso puede integrar tecnologías de agricultura urbana, producción de alimentos, reciclaje de aguas y paneles solares. Se compone de una serie de capas que incluyen la losa, membranas impermeabilizantes, una capa de drenaje, el sustrato vegetal y membranas líquidas en zonas donde el agua podría estancarse. Aún cuando antes se caracterizaban por su alto costo y efectos, diversos avances técnicos hoy permiten alcanzar una rentabilidad ambiental y económica que supera aquel costo inicial. Por ende, más allá de motivos estéticos, su popularidad se debe a sus numerosos beneficios en cuanto a funcionalidad y sustentabilidad.
Al ubicarse en azoteas o terrazas, lugares expuestos que reciben mayor calor en verano y frío en el invierno, el sustrato vegetal funciona como un amortiguador que reduce las pérdidas y ganancias excesivas de temperatura. Así, el edificio requiere de menos esfuerzos de climatización, traduciéndose en un gran ahorro de energía y en la mitigación de efectos del cambio climático. Al absorber la radiación solar y emitir frescor del agua retenida en el sustrato, el sistema contribuye a la reducción de islas de calor y aumenta el confort térmico de los usuarios. Simultáneamente, los techos verdes fomentan la biodiversidad, ya que la vegetación permite el acceso de organismos vivos que fomentan la conservación de la naturaleza en zonas perturbadas por la actividad humana.
Por su capacidad de retener y filtrar la lluvia, la cubierta vegetal posibilita el control, almacenamiento y ahorro de agua, minimizando el impacto de posibles inundaciones. Ya que el techo absorbe y luego libera el agua a la atmósfera vía condensación y evapotranspiración, los contaminantes permanecen en la tierra mientras la calidad del aire mejora. De esta forma, los techos verdes fomentan el desarrollo sustentable de las ciudades al resolver retos medioambientales, sociales y económicos de forma duradera y sistemática. No sólo transforman un espacio desaprovechado en una zona útil, sino que también aumentan el atractivo de entornos habitables e incitan actividades de ocio y encuentro social.
Son muchos los edificios alrededor del mundo que están incorporando techos verdes, devolviendo a los habitantes la naturaleza que se perdió con el crecimiento urbano invasivo. Aquí, es fundamental considerar a los ecosistemas como parte valiosa de nuestras comunidades y en las cubiertas vegetales como una opción muy útil en procesos de diseño para crear construcciones que permitan edificios más verdes y ciudades más saludables.