Por Alfonso Ramos Barclay
En los últimos años, el tema de sanar heridas de la infancia ha cobrado gran relevancia. Sin embargo, muchas personas, por falta de tiempo o por necesidad de discreción, consideran difícil acudir a terapia tradicional.
La Técnica de Confrontación Reflexiva, desarrollada por Alfonso Ramos Barclay, creador del taller Ámate Bonito, ofrece una alternativa confidencial y profundamente transformadora.

Este método psicoterapéutico permite enfrentar aquello que solemos evitar: nuestras heridas emocionales, nuestras máscaras, los patrones inconscientes que repetimos y las decisiones que aún nos duelen.
No se trata de buscar culpables ni de emitir juicios, sino de comprender el origen de lo que sentimos. A través de dinámicas vivenciales, ejercicios introspectivos y estímulos audiovisuales cuidadosamente diseñados, el participante se conecta con las experiencias que dieron forma a su manera de pensar, sentir y actuar.
El núcleo de esta técnica consiste en generar un “choque emocional controlado y acompañado” que rompe la negación y la evasión. Al verse con claridad, la persona identifica sus contradicciones internas, patrones disfuncionales y heridas no resueltas. Esto permite resignificar el pasado, perdonar y abrirse a una transformación real.

Procesar las emociones no es debilidad, es madurez. Reprimirlas solo prolonga el dolor y repite los ciclos. Esta técnica invita a dejar de huir de uno mismo y a elegir sanar con responsabilidad y compasión.
La transformación verdadera no nace de la teoría, sino del valor de confrontarse… y del amor para reconstruirse.