La tendencia de quedarse solo con lo necesario o útil y deshacerse de aquellos elementos que no son indispensables es una decisión que cambia la vida.
El minimalismo es una corriente muy arraigada en el mundo de hoy, aunque sus primeros inicios tuvieron lugar en las décadas de los 50 y 60. Para definir este amplio concepto solo hace falta una pequeña frase de tres palabras atribuida al arquitecto germano-estadounidense Miles Van Der Rohe: “menos es más”.
La arquitectura minimalista apuesta por la integración del entorno y busca dar prioridad a la conservación de la naturaleza.

Un diseño minimalista se reconoce por ciertas características.
Elementos sencillos para decorar, los acabados simples, que armonicen sin distorsionar.
Cada espacio de la casa debe utilizarse de acuerdo a su propósito original; el uso de ventanas y demás elementos interiores debe permanecer inalterado.
Los materiales como vidrio o ladrillo se dejan al natural, sin ningún tipo de revestimiento, con el fin de su textura original también cumpla una función decorativa.
Se debe dar igual valor a cada zona y evitar la decoración cargada, respetando las características propias de los materiales que se utilizan. No es necesario cubrir las posibles imperfecciones, ya que la naturalidad debe ser la clave de la arquitectura minimalista.
La luminosidad o el brillo debe estar presente en la arquitectura minimalista. Tonalidades claras para las paredes interiores, ventanas amplias que permitan la entrada de la luz natural del sol y algunos espacios con colores neutros.

Los accesorios y el mobiliario minimalistas se componen de piezas prácticas y funcionales. Las líneas fuertes y limpias, las superficies planas y lisas le agregan énfasis a la naturalidad de los elementos.
Las ventajas del minimalismo son numerosas, tanto a nivel personal como a nivel medioambiental.
- El minimalismo nos ayuda a reducir el estrés al eliminar el desorden y la sobrecarga de información.
- Al tener menos cosas, es más fácil mantener el orden y la limpieza, lo que nos deja más tiempo para las actividades que nos importan.
- El minimalismo nos ayuda a ahorrar dinero al reducir el consumo innecesario.
- El minimalismo nos ayuda a centrarnos en lo que es realmente importante en la vida, lo que puede conducir a una mayor sensación de felicidad y satisfacción.
- Mejora la conexión con el entorno al ayudarnos a apreciar la belleza del mundo natural y a vivir de forma más sostenible.

Por supuesto, el minimalismo no es para todos. Algunas personas pueden encontrarlo demasiado restrictivo o difícil de adaptar a su estilo de vida. Sin embargo, para las personas que están dispuestas a darle una oportunidad, el minimalismo puede ser una experiencia transformadora.